jueves, 21 de marzo de 2013

Heart Attack♪


Omg


Últimamente mi cabeza es un desastre y ya no sé ni qué pensar. Por un lado estás vos, el que seguro va a leer esto en algún momento, el que estuvo siempre conmigo en estos últimos ocho meses. Vos, el especial, con el que tengo toda una historia, el que no es ‘cualquiera’, me enamoraste como nadie.
Y por otro lado esta él, ese que pase lo que pase, cuando llega la hora de irnos a dormir, me escucha, me consuela, y me hace saber que no soy la única que tiene que pasar por todas estas cosas feas que hubo hace unos meses. Es el tipo de chico que me enloquece, esos que parecen inalcanzables, imposibles, pero que tienen ese punto débil que los hace dulces y sensibles. Y me encanta intentar encontrar ese punto débil de todos los chicos como él.
Y he aquí la pregunta del millón, esa que casi siempre tienen que responder las protagonistas de una película de comedia romántica pero que nunca imaginé que tenía que responder yo: ¿Me quedo con el chico bueno, romántico, con el príncipe azul que me enamora… O me quedo con el difícil, el problemático, el chico malo que me enloquece?
La palabra amor ya la dejo a un lado, porque me da pánico enamorarme, porque no quiero terminar mal, así venga el mismísimo Príncipe Azul de la Cenicienta a decirme que nunca me va a lastimar. Porque sí, porque nada es para siempre, y porque tengo solamente dieciséis años y no quiero desaprovechar esta época de mi vida. Quiero salir, disfrutar con amigas, sin preocuparme por ningún chico ni ningún otro problema, para eso ya tengo bastante con mi mamá y mi papá. Pero me es inevitable no pensar en ellos dos, el primero porque lo amo, y el segundo porque está conmigo día y noche.
Si supiera qué hacer…