sábado, 17 de agosto de 2013

Me tomó seis meses el saber a quién culpar ~

Vos también me rompiste el corazón, si, VOS. Si no lo hubieras hecho, yo no te habría dejado, y si nuestra relación hubiera sido tan perfecta como vos decís, cuando yo toqué fondo con el divorcio de mis papás me habría aferrado a nuestro amor más que nunca, y no habría pensado que el amor siempre termina mal y que no es para siempre. No habría sentido miedo ni me habría sentido insegura, porque tenía la prueba de que el amor existe justo ahí, en vos y yo.
Cada vez que te planteo el porqué eras tan desatento conmigo me respondés que sos muy frío. Flaco, desde que mis papás se divorciaron yo no soy otra cosa que frívola, y tengo miedo de sentir algo por otra persona, pero cuando lo siento, lo demuestro, no hay vueltas que darle a eso. ¿Vos te das una idea de las veces que me dormí llorando, pensando que no me querías porque me dejabas por algún ‘compromiso’, como vos les decías? ¿Las veces que te escribí una entrada en mi blog, que te hice un regalo, que te fui a buscar de sorpresa a la escuela, y que nunca me agradeciste ni con una sonrisa? ¿Nunca te pusiste a pensar qué sentía yo cuando me dejabas sola en tu pieza y te ibas después de haber estado juntos en el sentido que ya sabés? Cuando hacías estas cosas me daban ganas de llorar, me hacías sentir usada, me hacías sentir que no me querías o no valorabas lo nuestro.
Pero supongamos que es verdad, que sos frívolo y no te gusta demostrar lo que sentís. En ese caso, entonces directamente no sos lo que busco, porque después de toda la mierda que pasé el año pasado, busco que alguien me demuestre un poquitito de amor. Supongo que fue por eso que después de dejarte me enganché con Agustín, el me demostraba desde que nos levantábamos hasta que nos dormíamos que valoraba mi amistad, que me quería, que me cuidaba.


Fue tu culpa.
La semana pasada cuando fui a visitar a Axel me sorprendí cuando me di cuenta que el me abría todas las puertas, me preguntaba cómo estaba después de lo de mis viejos mirándome a los ojos, hacía cualquier cosa por verme reír una vez más, fue atento, cálido. Y no debería haberme sorprendido por eso, porque así debiste ser vos, porque Axel es un amigo, pero vos eras mi novio, y con toda la razón del mundo tendría que haberte reclamado todo esto. ¿Por qué? ¿Por qué me culpas de lo que pasó entre nosotros? ¿Fui yo la que eligió desenamorarse? ¿O fuiste vos el que me trató así, me descuidó, me dejó de demostrar lo que sentía y después de todo eso eligió esperar que yo me mantenga enamorada? Fue culpa de ambos, mía por callarme todo esto tanto tiempo, y tuya por romperme el corazón con anestesia y en silencio.