sábado, 5 de abril de 2014

Goodbye my friend ~

Tengo mucho que decirte, y a la vez no tengo palabras para hablarte. No sé cuál sea el propósito de seguir teniéndote en mi vida, supongo que es esa necesidad de tenerte cerca, sos ese salvavidas que aparece justo cuando el agua me tapa. No entiendo bien cómo es lo nuestro ahora, por mi parte es una suerte de relación amor-odio en la que me dan ganas de ahorcarte o abrazarte según mi conveniencia y situación. Pero si hay algo que entiendo con respecto a mis sentimientos, es que fuiste y sos muy especial para mí. Fuiste mi primer novio, y significás mucho para mí. A veces dudo haberte amado con esa pasión y locura con la que supe amar a otras personas, pero estoy segura de que te amé en ese silencio pacífico de lo cotidiano, de lo real. No me hiciste llorar, no fuiste imposible, no te amé sino hasta cumplir dos meses de nuestra relación, y mantuviste mis pies y nuestro amor en la tierra. Llegué a amar todo eso que ahora me resulta odioso de vos, y confiaba en vos ciegamente.  Nunca siquiera pensé en engañarte, y nunca sospeché que vos lo hayas hecho. Nuestra relación era monótona y tranquila. Todo lo contrario a mí.

Para mí, el amar a alguien es locura. Risas en voz alta. Peleas a los gritos. Enloquecer por el otro. Es algo activo que permanece cambiante e impredecible. Lo nuestro era calmo y ompletamente predecible: los diez años juntos, el casamiento, los hijos, el perro. Terminé por cansarme de eso, y asocié la calma de tu amor con la falta del mío. Te dejé de amar, me aburrí, tan simple y fugaz como eso. Cuando cortamos, sentí que era un pájaro que pudo escapar de una jaula. Nunca te extrañé de verdad, nunca me arrepentí de estar con vos, ni me arrepentí de haber dejado de estar con vos. Por lo nuestro fue que aprendí a vivir el momento. Dejé de frustrarme si algo que planeaba no funcionaba como esperaba, y dejé de mirar constantemente al pasado. Pero nunca dejé de quererte. Hoy me arrepiento de una sola cosa: haberte hecho mal. Y es por eso que decidí dejar de tener contacto con vos. Quiero que te olvides de lo nuestro, quiero que seas feliz. Quiero que te olvides de mí porque yo voy a olvidarme de vos, de lo bueno, de lo malo, voy a dejar de recordar el pasado y voy a vivir el presente mirando siempre para el futuro. Es evidente que lo nuestro ya no puede ser, que ya no sabés como manejarte y yo ya no sé como soportarte. Y por último: perdón por no saberte amar.