sábado, 14 de febrero de 2015

I Will Bind Your Love To Me♥

Es muy difícil. Es una situación por la que nunca tuve que pasar, un sentimiento que no recuerdo haber sentido. Más desgarrador que la primer noche sin papá en casa, más desesperante que perder a quien me entregué sin miramientos por todo un verano, más angustiante que el superar a mi primer amor. Tenerlo y sentirlo tan distante me está consumiendo por dentro. Siento como se me escurre por los dedos como arena, y me desespera no saber cómo retenerlo, cómo no dejarlo ir.
 Nunca fui la más madura a la hora de mantener a flote una relación, siempre elegí el distanciamiento, el silencio, la soledad. Pero hoy no, hoy no quiero elegir el camino fácil. Hoy quiero plantarme, quiero pelearla, quiero amar. Quiero dejar a un lado el miedo, la inseguridad, el pánico que tengo a la inestabilidad. Vamos, crecí en la inestabilidad. En la incertidumbre. En la sensación de que mi familia se derrumbaría en cualquier segundo. Mi vida como la conocía siempre pendió de un hilo, y yo siempre estuve con el Jesús en la boca pensando que se rompería hasta que finalmente lo hizo.
Ya no quiero vivir así, no quiero huir cuando se pone difícil. Era fácil alejarme cuando sabía mantener a raya mis sentimientos. Pero ahora ya no, ya no puedo no sentir. Nunca en mi vida sentí algo así por alguien, nunca pensé que siquiera fuese posible. Es un amor tan hermoso que vale más que cualquier lágrima, que cualquier distancia, que cualquier discusión. Lo que siento por él es tan fuerte que duele. No me importa cuánto tenga que llorar, las veces que sea necesario lastimarme y lastimarlo, aprender de los errores. Me tiene sin cuidado cuántas veces me tropiece, ni cuánto duela levantarme, voy a seguir igual. Porque aún teniendo dieciocho años sé bien lo que quiero: sé que me quiero dedicar a esto, a escribir, y sé que quiero viajar por toda Europa, y también sé que quiero pasar la vida con él. Porque a pesar de ser diferentes, a pesar de que yo sea tan impulsiva y apasionada, y que él sea tan medido y frío, sé que lo amo. Y sé que no existe una excusa suficientemente convincente como para alejarme de él. Aún cuando estaba con alguien más, aún cuando corté nuestra relación, aún cuando estaba del otro lado del país rodeada de chicos que me buscaban incansablemente, siempre lo elegí a él, y nunca permití que se alejara lo suficiente. Lo mantuve cerca mío todo este tiempo, desde el instante en que apareció en mi vida. Aunque me encontrase con quien en ese entonces yo creía amar durmiendo abrazado a mí, mi último pensamiento antes de dormirme era él.
¿Qué habría sido de mí si no hubiese ido a esa fiesta, si no lo hubiese conocido? Él es quien hace el balance en mi vida, el que me salva cuando me caigo. Me evitó cometer unos cuantos errores, y me secó las lágrimas que lloré cuando me di cuenta de que acababa de equivocarme.

Por todo lo que esto significa para mí, elegí cambiar, dejar de escapar, enfrentar los problemas. Tal vez sea esa la razón por la que cada día peleamos por un motivo diferente. Antes solía respirar profundo y hacer la vista gorda a las cosas tontas que él hacía y que a mí me enojaban. Ahora no, ahora quiero enfrentar incluso las cosas tontas, quiero resolver cada mínimo problema que haya entre nosotros, quiero enfrentar nuestras inestabilidades desde que me di cuenta que esa es la única forma de pisar tierra firme en nuestra relación. Quiero pelear, quiero gritar, incluso llorar, solo porque sé que eso significa que, después de todo el esfuerzo por coincidir, voy a poder abrazarlo y saber que vamos a estar bien. Porque quiero que estemos bien.